lunes, 13 de abril de 2020

PRESENTACIÓN

Esta forma de comunicarnos,  es una alternativa tecnológica que nos permite seguir en contacto en medio de la lejanía causada por situaciones complejas de la historia de la humanidad.
Aquí podemos continuar acercándonos a presentar todas las reflexiones que se originan a través de las distintas asignaturas que manejamos, aunque sea de otra manera. Lo cual no impide que continuemos recorriendo el maravilloso mundo del pensamiento.


La importancia del pensamiento crítico

Vivimos inmersos en una sociedad tecnológica porque pareciera que todo el pensamiento filosófico, político, económico y social que se desarrolla con fuerza a partir del siglo XVIII hoy ha perdido vigencia frente al poder de la ciencia y tecnología.
También es cierto que no hay evolución de pensamiento sin un salto en la ciencia, ya que el avance social como consecuencia del cambio tecnológico, impone la necesidad de una adecuación de normas y procedimientos, que van desde la manera en que hacemos nuestras tareas diarias hasta la forma en que consumimos productos de primera necesidad o qué programas vemos por televisión. Todo…absolutamente todo, está condicionado por la innovación tecnológica.
El homo economicus ha sido reemplazado por un homo tecnológico, aunque si bien tiene la misma fisiología cerebral e inteligencia, no así su evolución. ¿Por qué? Porque son muy importantes las diferencias en cuanto a la forma en que un hombre o una mujer de 2018 perciben la realidad y actúan sobre ella, respecto a ese mismo hombre o mujer de hace tan sólo cinco años.
La evolución tecnológica mueve hacia arriba las curvas de la industria y también nuestro cociente intelectual no en cuanto a que se amplíe la inteligencia, sino en lo que respecta a hacerla más eficaz y racional en el uso de los recursos de nuestra actividad mental. Algo así como saber equilibrar mejor nuestras habilidades frente a la “materia gris” que se supone todos tenemos.
Por ello nos gusta hablar de pensamiento crítico, siguiendo como es habitual en nuestro estilo, las corrientes doctrinarias que van haciéndonos notar estos cambios necesarios, para reflexionar sobre cuál es la importancia que ellos van a tener en el liderazgo actual y a medio plazo de las organizaciones, que es nuestro principal cometido.
Implica el examen de estructuras de pensamiento que forman parte de nuestro razonamiento, lo que nos hace detenernos en el estudio de cuál es nuestro objetivo, problema al que nos enfrentamos, preguntas que nos formulamos, suposiciones que nos ocasionan dudas en nuestra mente, así como la percepción que tenemos de una o más cosas, conceptos, o la manera en que decidimos, etc.
Es evidente que el pensamiento crítico no es una isla, sino que forma parte de una familia de modos de pensamiento humano, tales como el pensamiento científico, o también el matemático y el histórico, pasando por el antropológico, el económico o el filosófico.
Su estructura intangible, no morfológica, es la que nos coloca en un pensamiento crítico de dos velocidades: aquellas habilidades generadoras y procesadoras de información y creencias, que terminan conformando nuestros principios y valores; el hábito (nuestra conducta) basada en la habilidad intelectual de poder hacer uso de todos nuestros recursos (habilidades) para poder guiar nuestro comportamiento.
En el ámbito del liderazgo, por ejemplo, podemos encontrarnos con situaciones diferentes que evidencian el mejor o peor uso del pensamiento crítico, lo que calificaría a esos líderes de manera automática, en líderes más o menos efectivos.

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